martes, 8 de septiembre de 2009

AVELINA LÉSPER
SE BUSCA


Beauty is a cruel mistress, is it not?
Oh, beauty is a beguiling call to death and i'm addicted to the sweet pitch of its siren.

RocknRolla.

Catherine: This is an elegant crime, done by an elegant person. It's not about the money.
Detective: So, who steals a Monet, just to not sell it?
Catherine: A Monet lover.

The Thomas Crown Affair.

En mayo del 2003 a las 4 am fue robado del Museo Kunsthistorisches de Austria el salero de Benvenuto Cellini de oro y ébano con dos figuras humanas que representan al Mar y a la Tierra realizado para Francisco I de Francia. Tiene un valor actual de 55 millones de dólares y fue recobrado por la policía en el 2006. Esta es una de las piezas que el FBI en su división de Art Crime Team tiene registradas entre su top ten. Aquí también están la Madonna del Huso de Leonardo que fue robada en el 2003 del Castillo Drumlanrig en Escocia. Esta obra hasta ahora no ha sido recuperada y está valuada en 65 millones de dólares. En esta lista se encuentran las obras robadas del Museo de Isabella Stewart, de donde se llevaron La Tormenta en el mar de Galilea de Rembrandt, el Concierto de Vermeer, un autorretrato de Rembrandt y el Chez Tortoni de Manet. Suman un botín calculado en 300 millones de dólares. En la invasión criminal a Irak el espolio de sus obras de arte y antigüedades fue el más grande de la historia, y eso lo podemos poner en proporción con los de las guerras napoleónicas y la Segunda Guerra Mundial, se calcula que aun están perdidos entre 7,000 a 10,000 objetos. El robo de arte es uno de los negocios más lucrativos de la ilegalidad, se calcula que mueve 4,100 millones de euros anuales. En el sitio de Interpol la lista del total de los objetos robados suma unos 30 mil. Este robo tiene varias vertientes, por un lado los ladrones patológicos que se obsesionan con determinadas obras y las roban para mirarlas y tenerlas cerca, pero los más frecuentes son robos para coleccionistas, que sabiendo que son piezas invendibles, que jamás podrán exhibir y que les supone el riesgo de acabar en la cárcel, contratan los servicios de expertos y mandan por la obra que desean. Esta necesidad irreprimible de poseer una obra es una de las pasiones que despierta el arte, los que tenemos escrúpulos y no tenemos dinero para pagar esos crímenes vamos a los museos y vemos decenas o cientos de veces la obra que nos posee, que amamos y soñamos, la compramos en un libro o en una postal y la colocamos cerca de nosotros. Pero existen otros que usan sus fortunas y sus contactos con galeristas poco éticos y muy bien informados para contratar a un experto digno de una película de Hitchcock. Lo que es sobresaliente en este millonario mercado ilícito son las preferencias de los coleccionistas y los obsesos. Según Art Loss Regíster el artista más robado es Picasso con 710 objetos, entre dibujos, grabados, pinturas y cerámicas. Le siguen Joan Miró con 364, Marc Chagall con 317, Salvador Dalí con 275, Durero con 215, Rembrandt con 173, Andy Warhol con 171 y Renoir con 169. Si analizamos la lista de robos podemos destacar una cosa, al arte conceptual nadie se lo roba. Ni por error. Nadie hasta la fecha ha arriesgado su vida por los condones usados de Tracy Emin o la Silla de Grasa de Beuys o el urinario que se supone que es un ícono del anti arte. El más cotizado Damien Hirst con el gran alarde de su cráneo cubierto de brillantes, que ningún joyero ha podido certificar, no ha sido ni remotamente víctima de robos. Y eso es sorprendente porque si se supone que el concepto es el que da valor a las obras, los ladrones deberían creer que robarse una pila de zapatos usados es un buen negocio porque está en la Bienal de Venecia y porque el curador creó un contexto que le da valor. Pero no, no se los roban. La excusa podría ser que los autores están vivos, pero Duchamp no lo está y nunca lo han robado, y muchas obras fueron robadas con los autores en vida como es el caso del Retrato de Bacon hecho por Lucian Freud y que no ha sido recuperado. Esto me lleva a concluir que en el momento en que alguien va a violar la ley por tener una obra de arte no cree en el contexto, ni en el valor del discurso del curador, cree en el objeto, en lo que se lleva. En otras ocasiones estas obras las usan los ladrones para chantajear a las aseguradoras, como se sospecha que fue el caso de los robos de Munch, se llevan el objeto y lo regresan a la aseguradora por una parte del dinero que tendría que pagar a los afectados. Pero volvemos a lo mismo ¿Por qué no se llevan las cajas de cartón, los ensambles de muebles rotos, las instalaciones con desechos? Si se trata de chantajear cualquier objeto que esté en un museo ya tiene un valor implícito y estas obras conceptuales son súper cotizadas. La conclusión es que a los ladrones a gran escala no les gusta este anti arte, no demuestra valor en sí mismo y no merece la pena arriesgarse por él. Son obras que tienen su valor en el contexto y en el discurso, ambos intangibles, y nadie puede llevárselos. Y lo más serio, no representan nada ni a nadie. Robarse un Leonardo representa algo irrepetible, único y significa una parte insustituible de la historia y la civilización. Llevarse una instalación de bidones de plástico no representa nada. Esto es un aliciente para los museos de arte contemporáneo y galerías ultra modernas, no tienen que gastar en sistemas de seguridad, no se preocupen, sus colecciones no despiertan pasiones, ni sentimientos negativos como la codicia, tampoco invitan al delito ni son moneda de cambio entre mafiosos. Relájense nadie va a entrar jamás a llevarse sus obras, pueden dormir tranquilos y dejar de pagar aseguradoras. Los coleccionistas de anti arte pueden dejar de tirar el dinero en bodegas y seguridad, ningún ladrón va a a despojarlos. Y este anti arte les da la garantía de que pueden reponer la pieza sin que se note la diferencia, ya saben, en la basura está el repuesto.

http://avelinalesper.blogspot.com

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