lunes, 10 de mayo de 2010

JUAN LARROSA
Sección: Sistema autorreferencial
"El impacto de la economía en la calidad de los periódicos de Guadalajara"
Transmitido: lunes 10 mayo 2010


Hace algún tiempo, una de las actividades que más disfrutaba era la lectura de periódicos; particularmente me gustaba salir de mi casa los domingos, comprar una buena dotación de impresos y dedicarle el día a escudriñarlos. Pero esta actividad se ha vuelto tediosa y debo admitirlo, cada vez menos frecuente. Prefiero revisar información en Internet, tiene un menor costo, el proceso es rápido, y con un buen entrenamiento de búsqueda, los hallazgos informativos son más plurales y entretenidos. El juicio es duro, pero creo que los diarios que se producen en Guadalajara son cada vez más aburridos y predecibles, carecen de agenda propia y tienen poco que ofrecer a sus lectores. Me parece que esto se puede explicar, en parte, a través de los cambios económicos y financieros que han tenido estos medios de comunicación.

La crisis económica mundial que se desarrolló durante el año pasado y que tuvo su epicentro en Estados Unidos, golpeó con gran fuerza a la prensa escrita. Algunos periódicos desaparecieron, otros están en vías de extinción. Las claves fueron cinco: la inestabilidad financiera del mundo, las constantes alzas del precio del papel para imprimir periódicos, la estrepitosa caída en las ventas de calle (o dicho de otro modo, la pulverización del mercado de lectores), el desplome de la publicidad y la gratuidad de productos informativos en Internet. Esta crisis ha dado señales de estar en su fase final y aquellos periódicos que sobrevivieron, están en el tránsito de estabilizarse, pero sobre todo, en la búsqueda de un nuevo modelo financiero y periodístico que logre darles vida en el futuro. En el caso de los periódicos que se producen en Guadalajara, la crisis tuvo grandes efectos, aunque no al grado de la aniquilación del algún proyecto editorial. Sin embargo, éstos y otros reacomodos de orden económico, han cambiado significativamente la cara de la prensa local como conjunto, como sistema.

Además de la crisis financiera, a finales de la década de los noventa, hubo un cambio fundamental en la prensa y fue la instauración de proyectos periodísticos con capital de empresarios no tapatíos. El primero de ellos fue Mural, del Grupo Reforma, el segundo caso fue la apropiación del Grupo Multimedios de los que entonces era Público (y que tiene como ancestro a Siglo 21), y el tercero, aunque con distintas características, es el caso de La Jornada Jalisco.

En un principio, estas transformaciones le dieron vitalidad al sistema de comunicación, sin embargo, al paso del tiempo, surgieron varios fenómenos que han ido atrofiando a la práctica periodística. El primero de ellos es la instauración del trabajo en red de las redacciones. En Guadalajara, los periódicos importantes, a excepción de El Informador, elaboran la mayoría de sus secciones y suplementos en un sistema de red. Una cantidad importante de la información que aparece en estos diarios se producen en otras ciudades de la República. Esta forma de producción, sin duda, abarata costos y agiliza procesos, pues basta con que en una ciudad se elabore una sección internacional, para que el resto de los diarios que integran la red se la apropien. Sin embargo, esto ha erosionado los contenidos locales. Los ejemplos más evidentes son la información internacional y de cultura. En el primer caso, la información es mínima y elaborada en su mayoría, a base de agencias de noticias; la agenda que proponen lo diarios es prácticamente la misma y no hay un trabajo editorial que se oriente hacia los intereses de una comunidad local. En el segundo caso, las secciones de cultura cada vez cuentan con menos páginas y en general, las dedican a anunciar las actividades propias del campo en la ciudad, pero prácticamente han desaparecido los suplementos, la crítica o el periodismo cultural.

El segundo efecto que trajeron las inversiones de “capitales nacionales”, así como las crisis financieras, ha sido la reducción de la nómina en los diarios. Y la contracción ha sido en número de empleados y en el monto de sus sueldos. Cada vez hay menos periodistas en las salas de redacción de los periódicos. Esto ha provocado que cada periodista tenga que trabajar más y que las agendas de los diarios reduzcan su cobertura. Si un reportero tiene que escribir muchas notas al día, evidentemente su trabajo y su investigación, serán pobres. Por eso no debe sorprendernos que los diarios de Guadalajara estén inundados de la declaracionitis, pues ante la falta de recursos para realizar el trabajo, a los reporteros no les queda de otra que armar sus notas a partir de lo que un funcionario declaró. (Así quedan de lado las investigaciones en bases de datos, búsquedas bibliográficas o hemerográficas, o la narración de historias a través de una observación atenta y prolongada). Por otro lado, los sueldos, que pueden llegar a los tres mil pesos al mes, han ocasionado que la vida laboral de un reportero sea muy corta y que la rotación de puestos sea constante. Actualmente es difícil encontrar reporteros con más de diez años de experiencia, pues muchos de ellos decidieron trabajar en el gobierno, algunos se mudaron a las universidades y otros cambiaron completamente su giro laboral. Estas dos características, generadas por la reducción de sueldos y de número de periodistas y editores, tiene una repercusión directa en la calidad de las notas que aparecen en la prensa: son productos con poca investigación, de narraciones planas, oficialistas y en muchos casos, con serias deficiencias en la apropiación del lenguaje escrito.

En las últimas dos décadas, los periódicos de Guadalajara han sufrido un reacomodo en sus estructuras económicas, el cual les ha permitido sobrevivir ante otros cambios de orden tecnológico y político, de los cuales, me ocuparé en otros espacios. De cualquier forma, una vez superados estos ajustes que trajeron diversas circunstancias y factores tan complejos, los periódicos deben hacer un mayor esfuerzo en reconstituirse en espacios que den respuestas a la realidad de su ciudad. Los lectores se alejan de estos periódicos, pues están encontrando otros espacios para informarse. Me parece que la prensa escrita todavía tiene muchas batallas que dar y un largo camino que recorrer. Los empresarios que tienen puesto su capital en los medios de comunicación deben reflexionar si el camino que han propuesto y que ha traído serias consecuencias en la calidad de la información local, es el pertinente para mantener a los periódicos con vida. Las estructuras y condiciones económicas determinan buena parte de un producto comunicativo, sin embargo, con esto no quiero eliminar la idea de que los directivos, editores y reporteros, también tienen responsabilidad en el tedio informativo de Guadalajara. Estas ideas las dejo en el tintero para otra entrega.

Juan Larrosa - Coordinador general de “Quid: observatorio de medios”
www.quidmedios.wordpress.com
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